Según el promedio mensual de muertes violentas, Ecuador cerrará el año con una tasa de 13,13 homicidios por cada 100.000 habitantes. Esa es la peor cifra de los últimos 10 años. El Gobierno se enfoca en el control de las cárceles para reducir la criminalidad.
Todos los indicadores apuntan a lo mismo: los niveles de violencia, delincuencia e inseguridad son los peores desde 2012. Incluso, en algunos casos, son los más graves de la historia de Ecuador. Si bien las cifras de criminalidad empezaron a subir a inicios del año anterior, 2021 supuso un estallido de violencia. Según el promedio mensual, entre enero y octubre, el país cerrará con más de 2.300 muertes violentas.
Las hipótesis oficiales, manejadas por el Gobierno y la Policía Nacional, apuntan al narcotráfico como el hilo conductor de la crisis de seguridad en el país. Y este fenómeno será uno de los principales retos de la administración de Guillermo Lasso para el siguiente año. Los factores Hay tres factores principales que ponen en evidencia la crisis de seguridad: las muertes violentas, el narcotráfico y la crisis carcelaria. Muertes violentas La Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Crimen Organizado (Unodc) dice que el principal medidor de la violencia e inseguridad en un país son las muertes violentas. Internacionalmente, estas se calculan con base en una tasa por cada 100.000 habitantes.
Conforme el promedio mensual de casos, Ecuador cerrará 2021 con una tasa de -al menos- 13,13 homicidios por cada 100.000 personas. Si bien ese número todavía está por debajo de los 17 casos, que es la tasa promedio de América Latina (la región más violenta del mundo), está por encima de la tasa de 5,8, que es el promedio mundial. Además, es la tasa más alta de Ecuador desde 2011, cuando el país tenía 15,3 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Según la Policía, más de la mitad de los casos de este año están relacionados con el crimen organizado y, específicamente, con la lucha por territorio del microtráfico de drogas y el narcotráfico internacional.
La estrategia del Gobierno
Luego de la última masacre carcelaria, ocurrida el 12 de noviembre y en la que hubo 65 muertos en la Penitenciaría del Litoral, el presidente Guillermo Lasso declaró como prioridad de su despacho y administración la seguridad. Incluso, el Primer Mandatario aseguró que la lucha ahora es contra grupos internacionales del narcotráfico. Según los datos oficiales, en el país están operando los carteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa. Las primeras acciones luego de estos anuncios han sido enfocadas en solucionar el problema carcelario: Readecuación de la Cárcel La Roca para trasladar a presos de alta peligrosidad. Conformación de una Comisión Pacificadora. Declaratoria de estado de excepción para movilizar policías y militares hacia las cárceles. Según el balance del propio Gobierno en la seguridad con la Policía y las Fuerzas Armadas ha dado resultados. Desde la última masacre, en noviembre de 2021, no se han registrado nuevos asesinatos en las cárceles. La hipótesis de la Policía es que de la mano de la reducción de los crímenes en las cárceles, se reducirán también los casos que ocurren en las calles. Para confirmarlo hay que esperar las cifras de noviembre y diciembre, que todavía no se han hecho públicas.
Ecuador cerrará 2021 con la peor crisis de seguridad de la década
Según el promedio mensual de muertes violentas, Ecuador cerrará el año con una tasa de 13,13 homicidios por cada 100.000 habitantes. Esa es la peor cifra de los últimos 10 años. El Gobierno se enfoca en el control de las cárceles para reducir la criminalidad.
Todos los indicadores apuntan a lo mismo: los niveles de violencia, delincuencia e inseguridad son los peores desde 2012. Incluso, en algunos casos, son los más graves de la historia de Ecuador. Si bien las cifras de criminalidad empezaron a subir a inicios del año anterior, 2021 supuso un estallido de violencia. Según el promedio mensual, entre enero y octubre, el país cerrará con más de 2.300 muertes violentas.
Las hipótesis oficiales, manejadas por el Gobierno y la Policía Nacional, apuntan al narcotráfico como el hilo conductor de la crisis de seguridad en el país. Y este fenómeno será uno de los principales retos de la administración de Guillermo Lasso para el siguiente año. Los factores Hay tres factores principales que ponen en evidencia la crisis de seguridad: las muertes violentas, el narcotráfico y la crisis carcelaria. Muertes violentas La Oficina de las Naciones Unidas para la Droga y el Crimen Organizado (Unodc) dice que el principal medidor de la violencia e inseguridad en un país son las muertes violentas. Internacionalmente, estas se calculan con base en una tasa por cada 100.000 habitantes.
Conforme el promedio mensual de casos, Ecuador cerrará 2021 con una tasa de -al menos- 13,13 homicidios por cada 100.000 personas. Si bien ese número todavía está por debajo de los 17 casos, que es la tasa promedio de América Latina (la región más violenta del mundo), está por encima de la tasa de 5,8, que es el promedio mundial. Además, es la tasa más alta de Ecuador desde 2011, cuando el país tenía 15,3 asesinatos por cada 100.000 habitantes. Según la Policía, más de la mitad de los casos de este año están relacionados con el crimen organizado y, específicamente, con la lucha por territorio del microtráfico de drogas y el narcotráfico internacional.
La estrategia del Gobierno
Luego de la última masacre carcelaria, ocurrida el 12 de noviembre y en la que hubo 65 muertos en la Penitenciaría del Litoral, el presidente Guillermo Lasso declaró como prioridad de su despacho y administración la seguridad. Incluso, el Primer Mandatario aseguró que la lucha ahora es contra grupos internacionales del narcotráfico. Según los datos oficiales, en el país están operando los carteles Jalisco Nueva Generación y de Sinaloa. Las primeras acciones luego de estos anuncios han sido enfocadas en solucionar el problema carcelario: Readecuación de la Cárcel La Roca para trasladar a presos de alta peligrosidad. Conformación de una Comisión Pacificadora. Declaratoria de estado de excepción para movilizar policías y militares hacia las cárceles. Según el balance del propio Gobierno en la seguridad con la Policía y las Fuerzas Armadas ha dado resultados. Desde la última masacre, en noviembre de 2021, no se han registrado nuevos asesinatos en las cárceles. La hipótesis de la Policía es que de la mano de la reducción de los crímenes en las cárceles, se reducirán también los casos que ocurren en las calles. Para confirmarlo hay que esperar las cifras de noviembre y diciembre, que todavía no se han hecho públicas.
Fuente: primicias.ec
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